Como nuestro nombre lo indica, somos parteras: parimos bellos textos (a veces) otras, deformes y desvalidos, pero aún así los amamos. También amadrinamos los textos de nuestras amigas, los cuidamos y enderezamos sus descuidos. En cuanto a ser alcahuetas, propendemos a concertar amorosas relaciones con nuestros escritos para que despierten en otras y otros el mismo amor con que los concebimos y damos a luz. Y finalmente somos vecinas, camaradas y compinches en esta incansable tarea de la escritura. Y como no sólo de cuentos viven las mujeres y los hombres, resplandecerán en estas páginas ensayos, poemas, cartas, prosas varias para deleite de nuestros lectores.